Thursday, April 10, 2008

Tensión en las Conversaciones

Desnudando a Mariano I:

Buscando datos para reconstruir lo que soy, lo que fuí y repasando lo que seré
encontré este texto que hoy por hoy me resulta entre divertido e íntimo, seguramente no tiene mucha importancia para quien no me conozca, pero otros, van a reconocer en el, algunas de las características que habrán notado sin terminar de comprender en mi.

Bueno, otra vez no fui claro, vean por qué:

Muchas veces, me limito yo, a vivir la vida, observando, interpretando y entendiendo todas las situaciones y los motivos de los hechos en mis relaciones con otras personas. Muchas veces me dejo llevar por un antiguo vicio mío y permito que los hechos transcurran sin quitarle lugar a las mal interpretaciones. Confiado, en que las personas, tarde o temprano me van a respetar y valorar, únicamente por lo que yo soy, incluso a pesar de lo que yo diga o demuestre ser. Lo que yo soy no puede cambiar por como yo hable o por como yo elijo callar. Siento que si no es hoy, será mañana, todos algún día me descubrirán y se arrepentirán de haberme tratado de acuerdo a lo que yo parecía ser, y querrán tenerme cerca para tratarme de acuerdo a como soy. Este aspecto de mi ser, se hace notar incluso en una charla conmigo, donde suelo tener la costumbre de permitir confundirse a las personas (y pasé un largo período de mi vida adicto a esta sensación) evitando la comprensión total de mis palabras hasta un último momento. He estado hablando durante minutos, sin permitir que nadie comprenda nada, sabiendo que todo el tiempo faltaba aquel detalle esencial, aquella “clave” que llevaría a todos a la comprensión de mi discurso. Motivos hay muchos, esa maravillosa sensación de tener el control de la información y el conocimiento, brindando al comienzo solo las herramientas y la infraestructura periférica de un razonamiento, para recién colocar la llave central que pone en marcha la maquinaria de la transferencia del pensamiento, en el momento que yo considere adecuado y las personas estén listas según mi criterio. Como quien coloca la cereza, en la cima del postre, yo me complazco en entregar TODO lo necesario para la comprensión sobre el final de mi discurso, quizás con motivo de poner a prueba a mi interlocutor y solo brindarme si es apto en paciencia y fortaleza de espíritu para aguardar mi desenlace. Este vicio, de llevar las cosas a un extremo, es divertido de ejercer, pero es potencialmente peligroso, ya que produce un aumento de tensión en las discusiones, que no se aliviana hasta el momento de la entrega final. Más de una vez, un vínculo se cortó, una cadena se rompió, antes de que el engranaje termine de girar y esto significó para mi, la pérdida de una relación. Más allá de obligarme a entender, aprender y ejercer el desapego, finalmente creo que esta es una de las desventajas de ser yo mismo, la que he de aceptar o perecer.

Recordar que es un copy&paste de algun que otro (aunque vigente) texto viejo escrito por mi, por lo que puede contener errores no habituales en la version actual del abajo firmante.

Mariano